1. Que el dueño de la empresa o gerente tenga el control creativo del diseño.
Muchas veces ocurre, sobretodo cuando se trabaja con negocios locales y micro empresas, que el dueño cree que el trabajo debe satisfacerlo a él, sus gustos y percepciones; cuando en realidad a quien debe satisfacer el diseño de su página web es a su audiencia o visitantes.
El diseño y la navegación deben estar pensados para que los visitantes sigan un patrón determinado que genere conversiones, atrayéndolos con información relevante para ellos y no tanto para bombardearlos con generalidades y divagaciones que a las finales sólo genera altos porcentajes de rebote en su sitio web.
Como profesionales del diseño web lo primero que debemos entender es que si están requiriendo nuestros servicios es porque el cliente no posee los conocimientos ni las estrategias para implementar su sitio web por si mismo, entonces ¿por qué debe tener el control creativo por encima de quienes si lo tenemos?
2. Priorizar información irrelevante o de poco interés para los visitantes.
Esto ocurre la mayor parte del tiempo con empresas que han recibido una asesoría deficiente. La información que su empresa comparte en su sitio web tiene que ser relevante para su audiencia, debe pensar de que forma el contenido que les brinda los ayuda a solucionar problemas cotidianos ya sea en su entorno laboral o familiar.
Contarles las vicisitudes sobre las cuales se formó la empresa resulta material irrelevante frente a una guía o manual sobre implementación de alguna solución en particular.
En la actualidad, los usuarios de internet han evolucionado en términos de búsqueda de información. El reto de la empresa es estar a la altura de sus exigencias y necesidades desde esta perspectiva.
3. Realizar diseños exagerados y con acabado rebuscados.
A veces existe una tendencia en realizar demasiados acabados y animaciones al momento de plasmar el diseño, con la creencia que de eso se trata precisamente diseñar una web. Nada más alejado de la realidad. El diseñar una web implica seguir tendencias y patrones que han demostrado su funcionalidad y practicidad. Estos patrones se vuelven estándares debido a que los usuarios los prefieren por otorgar una mejor experiencia al momento de navegar en el sitio web. Los usuarios prefieren la simplicidad y un estilo minimalista, con el contenido bien estructurado y fácil de acceder. Un buen diseño web se basa en la correcta estructuración de la información y de un patrón de interacción que facilite las conversiones.
4. Sobresaturación de contenido.
Si bien es cierto el contenido es la parte fundamental en el diseño web y en torno a él gira todo el trabajo que se vaya a implementar, tampoco hay que caer en el error de pretender darle al visitante toneladas de información tratando de anticiparse a todas sus dudas y consultas antes de que pueda hacerlas. No sólo es tedioso, es contraproducente.
Brindar información relevante de buena calidad es una tarea de por si difícil y que exije un gran compromiso por parte de la empresa, por ello la exposición de dicha información debe ser estratégica. Recuerde, un sitio web bien diseñado va a generar un alto número de conversiones pero es la labor de los vendedores de su empresa hacer los cierres de ventas. Al final del proceso debe haber una persona encargada de la culminación ya que el contacto humano es precisamente lo que hará que el cliente potencial se sienta atendido de forma preferencial. Destierre esas ideas en las que el sitio web debe hacerlo todo, llamar, atraer y vender; porque en la práctica eso lo único que genera es la alienación de sus visitantes y nulo contacto posterior para hacer un seguimiento personalizado que pueda llevarlos de forma efectiva a la culminación del proceso de venta.
5. Pretender implementar un sitio web que se mantenga inamovible en el tiempo.
Muchas veces me ha pasado que los clientes me piden desarrollar un sitio web pero que no necesite mantenimiento y al que sólo se le harán cambios un par de veces al año. El resto del tiempo “ni se va a tocar”. Estos clientes están pensando en conceptos de web 1.0, es decir, se han quedado atrapados en conceptos del pasado.
En la actualidad los conceptos que se manejan son de la Web 2.0, que se rige por las redes sociales, la interconectividad, la calidad de información y el tiempo real.
Bajo estos estándares es fundamental para el éxito de cualquier sitio web mantener una actualización constante de su contenido, tener siempre algún tipo de información relevante que se pueda compartir con los usuarios y la integración con las redes sociales que la empresa maneje.
Desde esta perspectiva es imposible mantener una web que no requiera mantenimiento y que no este constantemente actualizada y rotando información.
Un sitio web inamovible en el tiempo no es otra cosa que un elefante blanco, que no genera ningún tipo de beneficio a su empresa.
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